Feeds:
Entradas
Comentarios

Nada cambia demasiado

Hace exactamente un mes yo estaba encerrada en la habitación de una clínica privada pensando en que la vida era mucho más que una silla cómoda en la oficina, un portátil donde escribir. Estaba casi segura pues que la vida me había puesto la bata blanca y la vía en una vena para demostrarme que había estado encerrada en mi pequeño frasco de vidrio catedral que no me dejaba ver lo positivo como tal, sino como algo más que ocurría, como llover, escampar. Entonces miré lo que me había dado por tanto tiempo y nunca antes supe apreciar. Nunca antes mi felicidad pudo haber sido simplemente tener salud, nunca antes mi felicidad podía haberse reducido a mirar a la persona que amaba, a mi compañero. Nunca antes me había pasado que encontraba a la vida buena.

Entonces, apenas tuve la oportunidad de despegarme de esa cama clínica, me subí a un taxi con dirección a mi casa. Y mientras el carro avanzaba yo me decía que ya no volvería a ser la misma. Que ya nada me iba a paralizar del miedo, que yo iba a continuar con mi vida, pero que iba a aprender a mirarle el lado positivo a las cosas. Estuve tan segura que casi no lo digo en voz alta porque lo tenía interiorizado ya y eso bastaba. Ahora no estoy tan segura. Hoy que me morí de miedo en la mañana, ya no lo tengo tan seguro. Ayer mismo que me dieron una mala noticia en el trabajo, tampoco sentí tranquilidad ni felicidad. Esto pese a mi salud y a que las cosas iban siendo más claras que antes. Igual sentí miedo, pavor, depresión. Entonces entendí que nada nunca cambia demasiado. Que puede haber interés, voluntad, perseverancia, pero que la naturaleza de cada ser humano se vuelve tal con los años, y solo dejará de ser así con los años también. A mí solo me queda esperar.

Good bye, WordPress!

WordPress ha dejado de ser mi blog por excelencia.

Razones:
Te abandono porque tengo la impresión de que me muestras demasiado al mundo. Agradezco que me posiciones en la primera página de búsqueda de Google, en la segunda y en la tercera (de paso agradezco a Google, que no permite que su algoritmo me obvie XD), pero he decidido mudarme a otro servidor de blogs.

Me da penica dejarte «Enrollada en la cortina», has significado muchas cosas para mí, y para mis amiguitos que tan fielmente me leían jijiji, pero creo que estoy bien en el otro lugar. Estoy contenta de haber encontrado un layout que me haga sonreir todos los días.

Me pasaré una vez al mes, quizás. Como para no abandonarte del todo.

P.D.- Carlitos, te seguiré leyendo. Eso no lo dudes.

Celebro el Dogma 95, celebro mayo 68, celebro el fin de todas las guerras, pero celebro emocionada las 1:13 horas del 22 de agosto de 2009. 130 paginitas, muchas de ellas elaboradas bajo las terribles temperaturas del verano madrileño y bajo el espeso cielo de Peñagrande.
Estoy feliz, aunque a decir verdad, ahora que me pongo a hablar de fechas, caigo en la cuenta de que el cumpleaños de mi prima Crepúsculo se me había ido por completo de la cabeza. Diosssss, ahora no sé si era 23 o 27.
Parafraseando (mal, para adaptarlo a mis circunstancias) al guión de Billy Wilder de «Con faldas y a lo loco»: Nada es perfecto.

Será como aquella canción de los años 80…Seré como el tipo que algún día fui.
Tengo miedo de toparme con la cruda realidad del mercado laboral.
Debería ponerme los pantalones de una vez e irme a comprar comida al chino.
Me encanta mi nueva correa swatch que me hace feliz.
No sé por qué coño no termino mi largo. Mierda, mierda, mierda.
¿Qué pasa con Lastfm que ha dejado de sonar?
¡Qué chachi es pasar un domingo sabiendo que el lunes no hay que ir a trabajar!

Herido de sombras
Por tu ausencia estoy
Solo la penumbra
Me acompaña hoy
Perdido tu amor
No podré disfrutar
De felicidad
Sin destino fijo
Como el humo voy
Surcando el espacio
Buscándote estoy
Tal vez no te encuentre
Quizás te perdí
Para siempre amor

Coro:
Y recordaré
Tu mirar tu sentir
No te puedo olvidar

Y sufriré
Añorando el ayer

No te puedo olvidar

De Darío Jaramillo

Ese otro que también me habita,
acaso propietario, invasor quizás o exiliado en este cuerpo
ajeno o de ambos,
ese otro a quien temo e ignoro, felino o ángel,
ese otro que está solo siempre que estoy solo, ave o demonio,
esa sombra de piedra que ha crecido en mí adentro y en mí afuera,
eco o palabra, esa voz que responde cuando me preguntan algo,
el dueño de mi embrollo, el pesimista y el melancólico
y el inmotivadamente alegre,
ese otro,
también te ama.

Madrugadas

S: XDDD
carreras en las que no hace falta destacar, dices?
Enviado a la(s) 02:37 del miércoles
yo: síiiiii
eso
porque nos vamos a morir
aplastadas
por nuestro ego artístico cayéndose a pedazos
S: XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDd
NOOOOOOOOOOO
NOOOOOOOOOOOOO
NOOOOOOOOOOOOOOOO
no lo permitiremos!
deberías poner eso en el blog

Sueños

Para ese entonces ella ya lo sabía, quizás en algún momento anterior a este se lo habrían comentado, gritado, encarado: era irremediable e imperdonable. Y ella, que en el fondo no lo entendió bien, no sabía vivir con eso, pero tampoco sabía extirpárselo. Era una impronta, una huella tridimensional que era visible a todos los ojos sin necesidad de las gafas 3D.

Aquella mañana, clara como todos los veranos, él se había despertado para luego levantarse, moverse al sofá, ocultarse entre los cojines, burlar sus sueños; pero ella, que quería saber la razón, lo había seguido hasta ahí sólo para cuestionarlo, hacerle las preguntas vanales de las tiras cómicas de aquellas mujeres que parecen perder el juicio. Él, que ya no tenía otra cosa que hacer que mirarla, se lo confesó, le dijo que la había soñado, que la había matado en sueños. Entonces él la golpeó, con una almohada, contra la pared, con sus brazos duros y fuertes con los que alguna vez la cargó, la golpeaba para luego decirle que no quería hacerle daño, para luego pedirle que se vaya. Ella se dejó golpear para sentir que se lo merecía, que nada le salía nunca como quería, como todos los días que llegaba tarde al trabajo y se decía para sí, para sus adentros, que mañana sería distinto, que haría caso a la primera alarma y no a la segunda, pero bien sabía que era de naturaleza raída, que poco había podido hacer en 25 años, que probablemente ya nada haría.

Las lágrimas se le desprendían de los ojos como cuando fingía el llanto en los cástings de producciones de chicos de cuarto de carrera de audiovisuales, sólo que a diferencia de estos castings de poca monta, en este caso, en estos casos, una inevitable risa acompañaba sus lágrimas en la parte final. Así era normal que se confundiese, que creyese que no le dolía cuando en el fondo se estaba muriendo de pena.

De JC Yrigoyen

Es silenciosa la ciudad. Como el aliento
de un compañero, la brisa me despeina, breve y ligera.
Esta brisa que en otra ciudad
hubiese recibido un nombre propio,
y aquí apenas si despierta recuerdos
que a solas todavía me avergüenzan.

(Esta entrada se la debo a mi buen amigo J. Anicama).

Jorge Eduardo Eielson (1952)

puedo escribir
así
de ti
contigo
sin ti
tal vez
silbando
como quien no
quiere nada
nada nada nada nada nada nada
o llorando
o comiendo
o bebiendo
o muerto de hambre
resfriado
estornudando
gritando
criatura
que no canto
no pido
no deseo
sino un poco
de alegría
muñeco de las causas
imposibles
monstruo que el rayo ha convertido
en una sonrisa
puedo escribir así
sobre ti
y sobre mí
y nada más
qué tristeza
tú y yo
y nada más
y las calles doradas
de roma
y tú y yo
y nada más
y qué más puede haber
de tú y yo
y los ojos celestes
de roma además
pero qué inútil
tanta luz
entre dos
qué tristeza
tú y yo
y nada más
qué tristeza
escribir y escribir y escribir y escribir
de los dos
hay que ver
prueben
qué harían ustedes
en situaciones tan horrendas
en una habitación tan oscura
sin puertas y sin ventanas
pero claveteada por dentro
sellada por fuera
completamente cubierta de flores perfumadas como los
crisantemos los nardos y otras flores semejantes
una especie de sarcófago en suma
y qué harían ustedes
qué harían
si tuvieran una pierna
en lugar de una nariz
y caminaran con ella
día y noche al pie del tíber
pidiendo limosna a las nubes
desenterrando objetos llameantes
buscando a dios entre las patas
de una mesa
qué harían
a ver
qué harían entonces
seres con rabo
que la sombra
ha pisoteado
respondan temerosos
oh piadosos
maquinarias de rodillas
ante el gran dios fiat
si todo desapareciera bruscamente
por el ojo de la cerradura
del hotel ripetta
o ardieran vuestras propiedades
en un futuro silencio
de uranio
o llovieran carne y huesos
en el vaticano
escupieran pájaros los niños
cruzaran balas
deslumbrantes
flechas
de inusitado poder
afrodisíaco y purgante
y algo más
todavía
yo estúpido animal
avanzo siempre siempre
sin embargo
avanzo siempre siempre
hasta los últimos rincones
donde se orina el sol
se orina la luna llena
se orinan los borrachos
vocifera la mierda
aúlla la soledad
criaturas que arrastráis
un solo
largo
llanto
no tengo nada
nada que ofreceros
ésta es la realidad
mi vida es humo
humo mi casa
y mis amigos
no reconozco
las dos huellas de mis pies
ni mis rodillas
en la arena
pero miro finalmente
el cielo arriba
el cielo abajo
arriba
abajo
arriba finalmente
fijamente
sin temor
ya no por el hueco de la cerradura
por donde miraba entonces
¿recuerdas pobre jorge?
a la puta del hotel
ripetta
creyendo que era celeste
ella también
magnitud ígnea
meteoro cuya caída
es el perfume
cuya memoria
es la memoria
de una joven en el trigo
y no era sino un hocico
pintado
dos bolsas de trapo
tres bolsas de trapo
seis bolsas de trapo
y un estómago sonoro
sonrío ahora ya
finalmente
he aquí mi oficio
pero cuánto me ha costado
he convertido en agua
mi paciencia
en pan
mi soledad
doy de comer
a los muros
de beber
a las sillas
me quema todo
y todo me congela
no sé leer
ni escribir
ni contar
y lo que es claro para todos
para mí es tinieblas
no sirvo para nada
ni para conversar
conmigo mismo
ni para devorar
la televisión
o el cine
no sirvo para nada
no soy nada
esto lo sé
pero cuando me despierto
cosa que hago siempre
antes que los demás
las estaciones brillan
y cuando estoy dormido
es el invierno
generalmente además
soy más alto de día
que de noche
aunque alto no sea
(yo no sé por qué
mi madre hablaba siempre
de mi padre
como de un caballo
grande y silencioso
como un perro
o de un perro grande
y silencioso
como un caballo
la verdad es que mi padre
era tan alto
y encendido
que me era difícil mirarlo
y cuando lo miraba
me caía el sol en la garganta)
pero de nada sirve
de nada sirve escribir
siempre sobre sí mismo
o de lo que no se tiene
o se recuerda solamente
o se desea solamente
yo no tengo nada
nada repito
nada que ofreceros
nada bueno sin duda
ni nada malo tampoco
nada en la mirada
nada en la garganta
nada entre los brazos
nada en los bolsillos
ni en el pensamiento
sino mi corazón sonando alto alto
entre las nubes
como un cañonazo