Me han dado libre lunes y martes. Siempre hacen eso los editores, justo cuando ya tjenes todo planeado para amoldar tus días al cuasi imperecible «martes y jueves libre». Lo digo porque ahora a mí me ocurre que P ya no me tiene en su cabeza, y que yo ando empujando lo último que quedó de él, al vacío. Justo ahora, recién, los lunes me puedo quedar en cama hasta tarde, sin otro sentido que quemar mis horas durmiendo, solo porque sé de lo que mis manos son capaces de hacer si me mantengo despierta: Llamar a Pedro, intentar otra vez, por ahí me contesta…. es inútil, otra vez.
No tengo ganas de llegar al ridículo de hacer una lista con cosas que hacer para olvidarme de él. Creo que poco a poco se va consiguiendo, la última vez que salí con Mari, tenía la sensación de que no podría conmigo y la verdad es que se me hizo muy sencillo, fue la primera vez que no tuve un encontrón con el teléfono, medio borracha y medio enamorada perdida también. Así que me subí al taxi, pensando en que salí con 10 soles y que esos únicos soles los entregaría al señor del taxi minutos antes de bajar.
Creo que no olvido del todo a P todavía, sobre todo porque aún pienso en los lunes relacionándolos con él, y porque relaciono el martes con su fin de clases a la 1pm también. Relaciono el miércoles porque siempre pienso que es un buen día, relaciono el jueves porque tengo todas las ganas de demostrarle que no me importa el sargento si puedo pasar el tiempo con él en un escondite al otro lado de su carro, el viernes porque siempre decía que sólo tenía más tiempo ese día. Mierda, ya ni hablar de los fines de semana porque esa relación telefónica de madrugadas es la que más alimenta mis lunes, martes y los días que le siguen, y que vuelvo a pensar en él.
Enrollada en la cortina ] 