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Archive for septiembre 2008

Un ser feliz

Hay niños riéndose al otro lado de la calle. Están contando 1,2,3 y se irán a buscar unos a otros muy pronto, en un juego que en mi país se llama «escondidas» aquí no sé cómo se llama, quizás se llame igual, y estoy haciendo el tonto.

Cuando era pequeña a mí lo que me entusiasmaba era jugar «carnavales» o a «las mojadas» más que cualquier otro juego. A Davisito le gusta aún jugar a las escondidas, siempre pretende empezar el juego en el supermercado, y sobre todo camino a la caja.

Digo todo esto, porque creo que los juegos nos hacen felices, el juego inventado, el juego predestinado, supongo que casi cualquier tipo de juego. Perder o ganar, llorar o reír, al final de todo: entender. Lo digo porque hace poco estaba jugándome algo muy grande que tiene que ver con mis sueños, y el juego del destino. No sé si he ganado, pero sí sé que me está gustando.

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Exterior. Vivienda de Tracey. Día

 

El chófer sale. Tracey deja a un lado el bolso y se cepilla el pelo. La puerta se cierra. El chófer aparece reflejado en el cristal mientras camina hacia el coche, junto al cual deja las maletas. Tracey deja de cepillarse. Acaba de ver a Ike.

 

Interior: Vestíbulo/ Vivienda de Tracey. Día.

 

Ike aparece detrás de las puertas de cristal. El chófer cierra la puerta delantera del automóvil y recoge las maletas. Ike empuja las puertas de cristal y entra en el vestíbulo. Camina en dirección a Tracey.

 

IKE (suspira): Hola

TRACEY (suspira): Hola

IKE: Yo… (Carraspea)

TRACEY: ¿Qué haces aquí?

IKE: Eh (suspira), bueno (carraspea), he venido corriendo. (Intenta recuperar el aliento). Te… te llamé por teléfono, pero, ah comunicaba, así que (aspira aire), como sueles estar dos horas hablando…

Tracey emite una risita.

IKE: Entonces, como no pude conseguir un taxi, vine corriendo. (Jadea) Eh ¿adónde vas?

TRACEY: A Londres.

IKE: ¿Te vas a Londres ahora? (Recobra el aliento)¿Quieres decir? ¿Que si… que si llego a tardar dos minutos más, ya estarías… ya estarías… camino a Londres?

Tracey asiente con un suspiro.

IKE (suspira): Bueno (suspira), no… no me andaré con rodeos. (Carraspea) Creo que no debes ir. Creo que me equivoqué, y mucho. Y preferiría que… que no te fueras.

TRACEY (suspira): ¡Oh, Isaac!

IKE: Lo… lo digo en serio. Ta sé que ésta no es forma de hacer las cosas (risita), pero, eh… ¿Sabes? Oh (murmura entre dientes), esto… ¿te… te ves con alguien? ¿Sale con alguien?

TRACEY (sacude la cabeza): No.

Ike se encoje de hombros.

IKE (suspira): Entonces… bueno… ¿to-to-todavía me sigues queriendo, o eso ya pasó?

TRACEY (risita): ¡Dios mío! (Suspira) Apareces así, de sopetón. Dejas de llamarme y, de repente, apareces. Bueno… ¿Qué pasó con la mujer que conociste?

IKE: Pues eso, bueno, caramba, ya te lo contaré. ¡Ah, cielos! Ya no me veo más con ella. En fin, ya sabes, digamos que… Mira, me equivoqué. ¿Qué quieres que te diga? (Masculla algo entre dientes). Creo que no debes ir a Londres. (Suspira).

TRACEY: Bueno, tengo que ir. Verás, ya está todo hecho, ya está todo preparado. En fin, mis padres ya están allí para buscarme un alojamiento.

Ike se encoge de hombros.

IKE (suspira): Pues, eh, esto, ¿me quieres todavía… o no?

TRACEY: ¿Me quieres tú a mí?

IKE: Pues sí, eso es, eh, pues claro que sí, de eso se trata precisamente… ¿sabes?

TRACEY: ¿Sabes una cosa? El otro día cumplí dieciocho años.

IKE: ¿En serio?

TRACEY (risita): Soy mayor de edad, pero sigo siendo una niña.

IKE: No eres ninguna niña. Dieciocho años. ¿Sabes que puedes… que pueden llamarte a filas?

Tracey sonríe.

IKE: ¿Sabes que en algunos países podrían…?

Le aparta el cabello de la cara. Tracey ríe.

IKE: Oye, estás muy bien.

Acaricia la cara de Tracey.

TRACEY: Me hiciste mucho daño.

IKE: Ah, no lo hice a propósito… ¿Sabes? Verás, eh, yo, eh…. Estaba, eh, bueno (farfulla algo entre dientes) todo fue porque… entonces veía las cosas de otra…

TRACEY: Bueno, dentro de seis meses volveré.

IKE: Dentro de seis meses…. ¿Qué dices? (Enarca una ceja) ¿Vas a estar fuera seis meses?

TRACEY: Hay que pasar por esto. Quiero decir, ¿qué son seis meses si aún nos queremos?

IKE: Oye, no te hagas la mujer adulta conmigo, ¿Vale? (Asiente) En fin, seis meses es mucho tiempo. Seis meses… ¿Sabes? Vas a… vas a trabajar allí en el… en el teatro. Conocerás a actores y directores. Irás… irás a los ensayos, ¿sabes?, y vivirás con esa gente. Te invitarán mucho a comer. Y, y (carraspea) bueno, ya verás, se crean afectos, y, eh, bueno, tú… tú no querrás, pero… cambiarás. ¿Sabes? Tú serás… dentro de seis meses, serás una persona completamente distinta.

TRACEY (risita): Ya. ¿Así que no quieres que tenga esta experiencia? Porque hace un tiempo me la recomendaste de un modo tan convincente…

IKE (se encoge de hombros): Sí, claro que sí, pero, ¿sabes?, podrías… Bueno, no quiero que cambie lo que me gusta de ti.

TRACEY: Tengo que coger el avión.

IKE: Oh, vamos, tú… vamos, no puedes irte.

TRACEY: ¿Por qué no me dijiste (ríe) todo eso la semana pasada?

Ike se encoge de hombros.

TRACEY: Mira, seis meses no es tanto tiempo. No todos se corrompen. Mira (risita), has de tener un poco de fe en las personas.

Ike muestra una expresión irónica en su rostro. Sonríe.

 

Exterior. Manhattan. Día.

La línea del horizonte. El sol se pone en un cielo con nubes.

 

Exterior. Manhattan. Noche.

Edificios un puente iluminado.

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«Llámame siempre, no me olvides» cada vez que termina así su conversación telefónica, tengo las insufribles ganas de correr sólo para apoyar mi cabeza en su falda, de que me acaricie y me cuente de su vida, y contarle de la mía y responda «Ah… sí, así debe ser no, Mechita?» Me gusta cuando se queja de estar volviéndose sorda, riéndose y aprovechando su falta de audición para burlarse de los tontos que le hablamos bajito.

No puedo evitar sentir un apretón fuerte en el pecho al colgar el teléfono. Miro a mi ventana sin mirar bien qué hay detrás. Si yo pudiera volar estaría en muchas partes: En cama de mi abuela, al despertarse (esos precisos instantes en los que empieza a hablar sola), con mi mamá al llegar del trabajo, contándole todas las cosas que me han pasado (y evitando de alguna manera que se me escapen las que ella no puede saber!!); jugando con Pongo antes que se ponga paranoico al no poder encontrarme; con mi papá en la noche viendo los noticieros nocturnos; con mi amiga mari hablando de cualquier tontería de la vida y de las cosas importantes también, como de nuestros sueños; con mi hermana Eissenia, recordando algunas cosas de pequeñas; con Vania, hablando de cine y de lo copiona en gustos que es; con mi prima Miluska, inventándonos nuevas características para reconocer a un arty; con Pedro, en cualquier momento.

Nota: el orden no importa.

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